martes, 9 de abril de 2013

Despedida de Sara Montiel se toma la principal avenida de Madrid

 La Gran Vía, la principal arteria de Madrid, se engalanó hoy para darle el último adiós a Sara Montiel, una de las grandes estrellas españolas, y cuyo fallecimiento este lunes causó hondo pesar en la audiencia local.

"Sabré marcharme cuando me dé cuenta de que la gente empieza a cansarse del mito", había dicho en vida. Pero ese momento nunca llegó y permaneció activa hasta que ayer falleció de manera totalmente imprevista, a los 85 años, antes de un viaje a Oviedo para una consulta oftalmológica.

Nacida en Campo de Criptana, Sara Montiel se sentía universal, pero también tan madrileña como "La violetera", una de sus películas más recordadas y que se proyectó en la plaza de Callao ante cientos de personas que esperaban el paso de la comitiva fúnebre. 

Once automóviles, dos de ellos repletos de coronas de flores, recorrieron la capital desde el tanatorio de San Isidro hasta la Gran Vía, como si fuera una romería dedicada a la diosa del cuplé.

"¡Viva Sara!", "¡Olé, Sara!" o estrofas de algunas de sus canciones más célebres, se escucharon desde el público, mientras en los vehículos se podía ver a Thais y Zeus Tous, sus dos hijos adoptivos, visiblemente afectados. 

Entre quienes la despedían desde la calle, podía verse a antiguos seguidores, que recuerdan a la diva desde el estreno de sus películas más famosas, hasta jóvenes que la reivindicaron como icono "kitsch" y como musa de la comunidad gay. Incluso un transformista mostraba una foto de sí mismo caracterizado como Sara Montiel en su última época.

Pero fuera de la pompa, el exceso y el barroco que acompañaba a la gran Sara Montiel, la intimidad y la sencillez fueron los elementos que imperaron en la Sacramental de San Justo, en la despedida íntima de María Antonia Abad, verdadero nombre de la diva. 

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